lunes, 22 de junio de 2009



Las ratas también abandonan el barco que va a naufragar -dije, encogiéndome de hombros-. Eso solo demuestra que el hombre no tiene olfato para las catástrofes. 

Julien Gracq: El mar de las Sirtes. DeBolsillo, 2005. Trad. José Escué.

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