martes, 31 de agosto de 2010

Lectura, vicio precoz: de niño, recogía los periódicos sucios de pescado que encontraba en la calle, los hacía secar, los leía de noche.

Gesualdo Bufalino, El malpensante.

domingo, 22 de agosto de 2010

Se contaba, pues, de un aventurero italiano, que seguía a las tropas de ocupación y se había hecho contratar como intérprete del árabe, sin conocer la lengua para nada. Cuando se capturaba a un presunto rebelde, se le sometía a interrogatorio: el oficial italiano formulaba la pregunta en italiano, el falso intérprete pronunciaba algunas frases en árabe de invención suya, el interrogado no entendía y respondía quién sabe qué (probablemente que no entendía nada); entonces el intérprete traducía al italiano a su antojo, qué sé yo, que el prisionero de negaba a contestar, o que confesaba todo, y el rebelde solía ser ahorcado. Me imagino que alguna vez el canalla actuaría de manera piadosa, poniendo en la boca de sus desventurados interlocutores frases que los salvaran. En cualquier caso, no sé cómo acabó la historia.

Umberto Eco: Decir casi lo mismo. Lumen.