domingo, 7 de junio de 2009

Respuesta a Walser

En una entrada pasada, la más desvergonzada de este blog sin duda, mostré a Robert Walser congelado entre la nieve. En ese momento me preguntaba quién había tomado esas fotografías, las últimas de un viejo loco y sus huellas. Ahora, en Mecanismos internos, el nuevo libro de ensayos John Maxwell Coetzee, leo la casi obvia respuesta:

"El día de navidad de 1956, la policía de la ciudad de Herisau, al este de Suiza, recibió una llamada: unos niños se habían tropezado con el cuerpo de un hombre muerto por congelación en un campo nevado. Cuando llegó a la escena, la policía primero tomó fotografías, luego retiró el cuerpo [...] las fotografías mostraban a un anciano ataviado con un abrigo largo y botas, despatarrado sobre la nieve, los ojos totalmente abiertos, la mandíbula floja". 

En el ensayo, Coetzee habla de manera general sobre la obra de Walser, y especialmente sobre dos libros: Jakob von Gunten y El ladrón; sobre el «método lápiz» (Walser escribía a lápiz con una caligrafía minúscula: el manuscrito de El ladrón, una novela de aproximadamente 150 páginas, constaba de 24 hojas) y sobre la locura que lo llevó a no volver a publicar. Finalmente, Coetzee cierra el texto con un genial poema de Walser (Ahora me preguntó: adonde pertenece este fragmento. ¿Será que en unos meses, otra lectura inesperada me entregará la respuesta?)

No le deseo a nadie ser yo.
Sólo yo soy capaz de soportarme.
Saber tanto, haber visto tanto y 
no decir nada, absolutamente nada.

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