martes, 30 de diciembre de 2008

El comerciante y los estafadores

El palomo refirió: «Me he enterado de que en una ciudad había un comerciante muy rico llamado Sinda. Preparó los camellos y las correspondientes mercancías, y se dirigió a otra ciudad a vender. Dos hombres malvados, que disponían de algún dinero y unas cuantas mercancías, lo siguieron y se presentaron a él como si también fuesen mercaderes. Viajaron a su lado hasta que, al llegar al término de la primera etapa, se pusieron de acuerdo para enredarlo y apoderarse de lo que llevaba con él.
»Al mismo tiempo, cada uno de ellos pensaba en su interior engañar a su compañero y se decía: "Cuando hayamos estafado al comerciante, me apoderaré de los bienes de mi amigo y seré el único dueño de todo".
»Cada uno de ellos celó las intenciones del otro, pero ambos a la vez envenenaron parte de la comida y se la ofrecieron, con lo que murieron los dos después de haber estado sentados hablando con el comerciante. Al ver éste que tardaban en volver, fue a buscarlos y los encontró muertos. Entones comprendió que ambos eran estafadores, los cuales, al intentar engañarlo, habían perecido víctimas de sus propias insidias. Gracias a esto, el comerciante se salvó y, además, se apoderó de sus bienes».

Noche 152 en Las Mil y Una Noches. Trad. Juan Vernet.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Winfried Georg Maximilian Sebald reposa en el jardín de la iglesia de St. Andrew, en Framingham Earl, pequeño pueblo al sur de Norwich, ciudad inglesa en la que trabajó como profesor de literatura desde 1970.

Sebald, el fantástico Sebald, creía apasionadamente en que la memoria es el "sostén moral de la literatura", y que ella da ese peso específico que necesita la frase para llegar al lector. Eso son sus libros: memorias, grandes recuerdos europeos.

Van siete años. Flores en su tumba. 

La hermosa ilustración la encuentro en este álbum vía flickr.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Soneto número dieciocho

(18)

   ¿Podría compararte con un día de estío?
Más suave eres tú, tienes mayor belleza:
el viento rudo agita dulces brotes de mayo
y el ocio del estío apenas dura. A veces
brilla el ojo celeste con ardor excesivo,
a veces caen sombras en su color dorado;
y a menudo en los bellos declina la hermosura,
que marchitó el azar, la Natura cambiante:
pero tu estío eterno nunca estará marchito,
ni perderá el dominio de tu belleza; nunca
se jactará la Muerte de que vas por sus sombras,
cuando, en versos eternos, tú crezcas con lo días;
mientras el hombre aliente y puedan ver los ojos, 
vivirán estos versos y te darán vida.

William Shakespeare. Sonetos. Trad, M. Manent. 

miércoles, 10 de diciembre de 2008

La Perricoli

En el convento veneraban a la Madre Micaela Villegas como a una santa, exageración que ofendía su modestia.

-¡Ustedes van acabar por convertirme en una leyenda!- protestaba.

Inútil. Las monjas, oyendo esas virtuosas protestas, la admiraban aún más; y unas novicias se dispusieron a festejarle los cien años, convencidas de que su salud centenaria era otra prueba de que Dios la estaba favoreciendo. Llegó el día del cumpleaños. En ese amanecer del 21 de septiembre de 1765 -virreinaba entonces Manuel de Amat y Junient- la madre Micaela se despertó con una extraña sensación: dientes nuevos crecían en las encías desiertas; de la cofia se derramaba una negra cabellera; los ojos volvían a ver un mundo nítido; la piel se estiró, fresca, suave; el cuerpo recobró las curvas de sus diecisiete años… Temerosa que este rejuvenecimiento fuera interpretado como un milagro de santos, la madre Micaela se disfrazó de mestiza, se escapó del convento y con sagrados contoneos se marchó hacia Lima.

Enrique Anderson Imbert (1910-2000) Ensayista y escritor argentino, autor de la conocida "Historia de la literatura hispanoamericana" (FCE, Breviarios). Como curiosidad, participó en "Antiborges", libro que contiene ensayos de diferentes académicos en donde se intenta atacar la obra del autor de "El libro de arena".

lunes, 8 de diciembre de 2008

Un extraño pensamiento le asaltó: ¿por qué, entre todos los animales, en el largo curso del mundo, sólo los pechos de la hembra humana habían llegado a ser hermosos? ¿No era una gloria de la raza humana que los pechos femeninos hubiesen adquirido semejante belleza?

Yasunari Kawabata: La casa de las bellas durmientes. Trad. Luis de Caralt.
Cuando Kawabata describe la casa de las muchachas durmientes menciona un pintor: Kawai Gyokudö. La ilustración de este post es un cuadro de él llamado "Bella durmiente" ("Sleeping beauty"). 

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Un estudioso es un entusiasta concentrado, solitario, sedentario, que busca en los libros ese grano especial de verdad en el cual ha puesto todo su afán. Si la pasión por la lectura le vence, sus ganancias menguan y desaparecen entre sus dedos. Un lector, por otro lado, debe reprimir desde un comienzo su deseo de aprender; si adquiere conocimientos, tanto mejor; pero perseguirlos, leer de acuerdo con un sistema, convertirse en un especialista o en una autoridad, puede muy bien matar lo que nos gusta considerar una pasión más humana por la lectura pura y desinteresada.

Virginia Woolf: Hours in a Library.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Hacia 1916 resolví entregarme al estudio de las literaturas orientales. Al recorrer con entusiasmo y credulidad la versión inglesa de cierto filósofo chino, di con este memorable pasaje: "A un condenado a muerte no le importa bordear un precipicio, porque ha renunciado a la vida". En este punto el traductor colocó un asterisco y me advirtió que su interpretación era preferible a la de otro sinólogo rival que traducía de esta manera: "Los sirvientes destruyen las obras de arte, para no tener que juzgar sus bellezas y sus defectos". Entonces, como Paolo y Francesca, dejé de leer. Un misterioso escepticismo se había deslizado en mi alma.

   Jorge Luis Borges: Una versión inglesa de los cantares más antiguos del mundo. En: Textos Cautivos.

martes, 25 de noviembre de 2008

Había un exalcohólico que salía de noche a robar en la casa de los amigos. Conocía sus hábitos y conocía los dispositivos de seguridad. Forzaba las puertas o las ventanas o las ventanas y las puertas y entraba cuando sus amigos estaban ausentes. le gustaba recorrer las habitaciones familiares, hurgar en los muebles y en llos cajones secretos. Se llevaba todo el dinero. Guardaba los objetos robados en el sótano de su casa. Al día siguiente sus amigos lo llamaban para contarle que habían sido saqueados.
...

Había una mujer, en Trenton, que era descendiente de Federico Nietzsche. Entraba y salía de las clínicas psiquiátricas y hablaba con fluidez el alemán del siglo XIX. Aveces tenía que fingir no ser descendiente de Federico Nietzsche para vivir algunos meses en libertad condicional.

Ricardo Piglia: En otro país. En: Cuentos con dos rostros, UNAM, 1992.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Poesía Japonesa

Si cantan los insectos,
solitaria la noche.
Si no, más todavía.
                             Otani Joseki 
De vuelta del trabajo,
tarde, en la noche,
voy llevando a mi niño,
quien, apenas, ha muerto.
                            Takuboku Ishikawa

Y, cuando toso,
resulta, nuevamente 
que sigo solo.
                             Ozaki Hoya

lunes, 17 de noviembre de 2008

La ciudad de Alejandría: fastuoso su nombre, sus tristes recuerdos bibliotecarios, sus ilustres hijos bastardos: Kavafis (Gre) y uno que hoy recordaré: Giuseppe Ungaretti (Ita).

In omaggio,
viejo bonachón:

OTRA NOCHE
Vallone, 20 de abril de 1917

En esta oscuridad
con las manos
heladas
reconozco
mi cara
me veo
abandonado en el infinito.

Versión de Hugo Gutiérrez Vega


NO GRITÉIS MÁS

Dejad de matar a los muertos,
no gritéis más, no gritéis,
si les queréis todavía oír
si esperáis no perecer.

Tienen un susurro imperceptible,
no hacen más rumor
que el crecer de la hierba,
alegre donde no pasa el hombre.

Versión de Jesús López Pacheco



domingo, 16 de noviembre de 2008

Último Brindis

Lo queramos o no

Sólo tenemos tres alternativas:
El ayer, el presente y el mañana.

Y ni siquiera tres
Porque como dice el filósofo
El ayer es ayer
Nos pertenece sólo en el recuerdo:
A la rosa que ya se deshojó
No se le puede sacar otro pétalo.

Las cartas por jugar
Son solamente dos:
El presente y el día de mañana.

Y ni siquiera dos
Porque es un hecho bien establecido
Que el presente no existe
Sino en la medida en que se hace pasado
Y ya pasó...,
                  como la juventud.

En resumidas cuentas
Sólo nos va quedando el mañana:
Yo levanto mi copa
Por ese día que no llega nunca

Pero que es lo único
De lo que realmente disponemos.

Nicanor Parra (1914) en Canciones Rusas.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Los Justos

Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
El tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

Jorge Luis Borges en: La cifra. Ed. Alianza. 

martes, 11 de noviembre de 2008

Trabajar cansa

Atravesar una calle para escapar de casa
puede hacerlo un muchacho, pero este hombre que anda
todo el día por las calles ya no es un muchacho y no escapa
de casa.
                              Hay tardes de verano 
en que hasta las plazas se vacían, tendidas 
bajo el sol declinante, y este hombre que llega 
a una alameda de inútiles hierbas, se detiene. 
¿Vale la pena estar solo, para estar siempre más solo? 
Caminar por caminar; las plazas y las calles 
están solas. Es preciso detener a una mujer, 
hablarle y persuadirla de vivir juntos. 
De no ser así, uno habla a solas. Es por esto que a veces 
el borracho nocturno comienza a farfullar 
y relata los proyectos de toda la vida.

No es verdad que esperando en la plaza desierta 
el encuentro se dé con alguno; pero quien va por las calles 
se detiene de vez en cuando. Si fueran dos, 
aun andando en las calles, la casa estaría 
donde aquella mujer y valdría la pena. 
En la noche, la plaza vuelve a quedarse vacía 
y este hombre, que pasa sin mirar las casas
entre inútiles luces, ya no levanta sus ojos: 
sólo mira el empedrado hecho por otros hombres 
de manos endurecidas, como las suyas. 
No es justo quedarse en la plaza desierta. 
Es seguro que existe esa mujer en la calle 
que, rogándoselo, quisiera consolar esa casa.

1933

Cesare Pavese, en 1936 publica su primer libro: Lavorare Stanca (Trabajar Cansa). Si algo lo caracterizó fue su continuo pesimismo, sus depresiones; en fin, su agotamiento ante el destino.
El modo especial de mi inspiración con la cual yo, el más feliz e infeliz, me dispongo a ir a dormir ahora a las dos de la madrugada (quizás, si soporto el pensamiento en ella, permanecerá, pues es superior a todas las anteriores), es que soy capaz de todo, no sólo ante un determinado trabajo. Cuando escribo al azar una frase cualquiera, por ejemplo "Miró por la ventana", ya es perfecta.

Franz Kafka.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Dos de un grande.

La rana que quería ser una rana auténtica.
Había una vez una rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello. Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena rana, que parecía pollo.
...
El paraíso imperfecto.

—Es cierto —dijo mecánicamente el hombre, sin quitar la vista de las llamas que ardían en la chimenea aquella noche de invierno—; en el Paraíso hay amigos, música, algunos libros; lo único malo de irse al Cielo es que allí el cielo no se ve.
Augusto Monterroso (1921-2003).

domingo, 26 de octubre de 2008

Bebiendo solo a la luz de la Luna

Entre las flores, un tazón de vino
bebo solo, ningún amigo está cerca. 
Levanto mi copa, invito a la Luna
y a mi sombra, y ahora somos tres.
Mas la Luna nada sabe de bebidas
y mi sombra se limita a imitarme,
pero así y todo, Luna y sombra serán mi compañía. 
La primavera es época propicia para el goce.
Canto y la Luna prolonga su presencia,
bailo y mi sombra se enreda.
Mientras me mantengo sobrio, somos alegres juntos,
cuando me embriago, cada uno marcha por su lado 
jurando encontrarnos en el Río de Plata de los cielos.


Li Po (701-762?), uno de los más grandes poetas chinos. Amante del vino y de la naturaleza, ebrio, tratando de abrazar la luna a orillas del río Yangtze, dicen, muere; aunque la leyenda no lo considera muerto sino como alguien que alcanzó el estado de inmortalidad.

jueves, 23 de octubre de 2008

Ser inmortal es baladí; menos el hombre, todas las criaturas lo son, pues ignoran la muerte; lo divino, lo terrible, lo incomprensible, es saberse inmortal.

Borges, en El inmortal.

sábado, 18 de octubre de 2008

Ulises

El mito es la nada que lo es todo,
el mismo sol que abre los cielos
es mito brillante y mudo:
el cuerpo muerto de dios
vivo y desnudo.

El que a puerto aquí arribó
fue, por no ser, existiendo.
Sin existir nos bastó.
Por no venir fue viniendo.
Y nos creó.


Así la leyenda se escurre
de entrar en la realidad
y a fecundarla va yendo.
La vida, abajo, mitad
de nada, muriendo.


Fernando Pessoa en: Mensaje (Hiperión. Introducción de Eduardo Lourenço. Traducción de Jesús Munárriz). Único libro publicado en vida, (1934) un año antes de su muerte. La leyenda dice que el héroe homérico, tras su huída de Troya funda la ciudad, que se conoció con el nombre de Olissipona o Ulissipo.

lunes, 13 de octubre de 2008

"En sustancia, ¿por qué deseamos ser grandes, ser genios creadores? ¿Para la posteridad? No. ¿Para circular entre la multitud, y que ésta nos señale con el dedo? No. Para sostenernos en la fatiga cotidiana, en la certeza de que vale la pena cuanto hacemos, de que es algo único. Por el presente, no por la eternidad".
Pavese en El oficio de vivir.

sábado, 11 de octubre de 2008

Después de andar siete días a través de boscajes, el que va a Baucis no consigue verla y ha llegado. Los finos zancos que se alzan del suelo a gran distancia uno de otro y se pierden entre las nubes, sostienen la ciudad. Se sube por escalerillas. Los habitantes rara vez se muestran en tierra: tienen arriba todo lo necesario y prefieren no bajar. Nada de la ciudad toca el suelo salvo las largas patas de flamenco en que se apoya, y en los días luminosos, una sombra calada y angulosa que se dibuja en el follaje.

Tres hipótesis circulan sobre los habitantes de Baucis: que odian la tierra; que la respetan al punto de evitar todo contacto; que la aman tal como era antes de ellos, y con catalejos y telescopios apuntando hacia abajo no se cansan de pasarle revista, hoja por hoja, piedra por piedra, hormiga por hormiga, contemplando fascinados su propia ausencia.

Italo Calvino: Las ciudades y los ojos. 3, en Las ciudades invisibles.

martes, 30 de septiembre de 2008

"En cambio, conocí, ejemplo inmortal, a una chica de trece o catorce años que se ofreció para disponer por nombres de autores varios centenares de libros que acababan de llegar, nueva mudanza, al último domicilio que tuve en Montevideo. Ella sabia leer y escribir, recitaba de memoria el alfabeto. ¿Para qué más? Le di las gracias y le dije que se pusiera al trabajo. Unos días después me anunció que la biblioteca ya estaba ordenada. Para darle gusto fui a pasar revista, y me encontré que la letra J reunía amorosamente, tal como estarán algunos años en el Olimpo, a Joyce, Rulfo, Cocteau, Jiménez, Edwards, Le Carré, Swift, Cortázar, Borges, etcétera.

No pude molestarme, sólo agradecer. Porque aquella niña había hollado un terreno que los ángeles vacilan en pisar. Desenfadada, segura y orgullosa casi se tuteaba con el ancho mundo literario, usando los familiares nombres de pila en su trato con, para ella, desconocidos autores, viejos y jóvenes mandarines de las letras."

Juan Carlos Onetti, Reflexiones de un perdedor.

lunes, 29 de septiembre de 2008


Uno se acuerda sólo de lo que hace por costumbre. Todo lo demás desaparece. Lo que has dicho o creído ya no existe. Recuerdo una mañana que había una niebla de algodón, y parecía que el mundo se había borrado. Ni siquiera se oían los pasos. Recuerdo eso.

Cesare Pavese: El Camarada. Trad. Esther Benítez.

domingo, 21 de septiembre de 2008

"Ésta es una vida que tú no puedes comprender. Tú tienes tu casa en la ciudad, sí, y la tienes adornada con figuras, y cuadros, y libros; pero además tienes mujer, y criadas, y mil gastos. Cuando velas y cuando duermes estás preocupado con estas cosas, y nunca estás tranquilo. Aquí estoy tranquilo. Quédate tú con los bienes espirituales, los libros, el arte y los periódicos. Quédate también con el café y con el whisky, que por cierto siempre me hace daño. Yo ando a través de los bosques y me va bien. Si me haces preguntas espirituales y quieres confundirme, te contestaré que Dios es el origen y que los hombres sólo son puntitos y fibras del universo. Tú tampoco sabes nada. Pero, si te obstinas y me preguntas qué es la eternidad, te contestaré, puesto que también he llegado a la misma conclusión que tú, que la eternidad no es más que tiempo aún no creado; nada más, tiempo aún no creado".

Knut Hamsun (Noruega, 1859-1952) en Trilogía del vagabundo. Ed. Alfaguara, 2005.

sábado, 20 de septiembre de 2008

George Bernard Shaw. Obsesiones.


Dejando de lado su famosa campaña de reforma ortográfica de la lengua inglesa, George Bernard Shaw fue un obstinado detractor del apóstrofo que en inglés indica contracción. Un ejemplo de su desaforada monomanía simplificadora es una carta que escribió al director de “The Times” en 1945. El contexto es terrible. Los norteamericanos acababan de lanzar las primeras bombas atómicas sobre Japón y GBS escribió para denunciar que sobraba la segunda “b” de la palabra “bomb”. La argumentación es muy elocuente. GBS asegura que la reforma de la ortografía tradicional ahorraría muchas horas de labor:

“Puedo caligrafiar la palabra bomb de manera más o menos legible 18 veces al minuto, mientras que puedo escribir bom 24 veces, ahorrándome un 25 por ciento cada minuto al prescindir de la b superflua. En la Commonwealth Británica, en la que el sol nunca se pone, y en los Estados Unidos de Norteamérica, hay siempre millones de personas constantemente escribiendo, escribiendo, escribiendo… “

GBS llega a hacer cálculos en función de estos parámetros y los millones de anglófonos del mundo. Es un ejemplo patológico de la obsesión lingüística.

jueves, 18 de septiembre de 2008

"la lectura, en contraste con la conversación, consiste para cada uno de nosotros en recibir la comunicación de otro pensamiento, pero siempre en soledad, es decir, disfrutando de la potencia intelectual que uno tiene en la tranquilidad -y que la conversación disipa inmediatamente- continuando con el poder de la inspiración, permaneciendo en ese pleno y fecundo trabajo del espíritu sobre sí mismo."

Marcel Proust en Sobre la lectura. Editorial Pre-Textos.

lunes, 15 de septiembre de 2008

"He pensado lo siguiente: para que el suceso más trivial se convierta en aventura, es necesario y suficiente contarlo. Esto es lo que engaña a la gente; el hombre es siempre un narrador de historias; vive rodeado de sus historias y de las ajenas, ve a través de ellas todo lo que sucede, y trata de vivir su vida como si la contara.

Pero hay que escoger: o vivir o contar."

Jean-Paul Sartre en La náusea.

viernes, 12 de septiembre de 2008

"Je parle et dans chacune de mes paroles s'étend une steppe de mutisme"




Fue en alguna entrevista a Thomas Bernhard, o en una reseña de Canetti, o en una feria de Buenos Aires, que escuché su nombre: Robert Walser (SUI, 1878-1956). Los hermanos Tanner, la novela que he leído y que hoy recomiendo.




Muere, entre la nieve, durante uno de sus diarios y silenciosos paseos cerca de la Clínica Psiquiátrica de Herisau. Unos niños lo encuentran.

Estas fotos, ¿habrán aparecido en la página de algún periódico sensacionalista? ¿Quién las tomó?

I ought really to be quite alone in the world, me, Helbling, and not a single living being besides me. No sun, no culture, me, naked on a high rock, no storms, not even a wave, no water, no wind, no streets, no banks, no money, no time, and no breath. Then, at least, I should not be afraid any more.
(Helbling’s Story)

Y si alguna vez una ola me levantase y me llevase hacia lo alto, allí dónde impera la fuerza y el prestigio, haría pedazos las circunstancias que me han favorecido, y me arrojaría yo mismo abajo, a las ínfimas e insignificantes tinieblas.
(El Paseo)

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Der Golem

Gustav Meyrink, hace famoso el "mito judio centro europeo" en el año 1915, fecha de publicación de su novela titulada Der Golem, El Golem. La cábala "(que quiere decir recepción, tradición)" conjuga al golem mediante la virtuosa pronunciación del secreto nombre de Dios. Si un rabino logra evocar "con sabia lentitud" correctamente las consonantes y vocales de las que está hecho, una vida artificial, una "figura enana de barro", cobrará movimiento.

Borges en el Manual de zoología fantástica, dice que golem "se llamó al hombre creado por combinaciones de letras; significa, literalmente, una materia amorfa o sin vida"; también, en la decada del treinta escribió sobre Meyrink y su obra más famosa: en Textos Cautivos se puede leer: "No sé si El Golem es un libro importante; sé que es un libro único". Meyrink aparece también en la Biblioteca de Babel, colección de lecturas fantásticas dirigida por el argentino.

El Golem también es un poema de Borges -previa influencia de la novela- aparecido en 1958:

Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.

(...)

Sus ojos, menos de hombre que de perro
y harto menos de perro que de cosa,
seguían al rabí por la dudosa
penumbra de las piezas del encierro.

Tusquets publica El Golem de Meyrink en el año de 1972, allí se lee:
"Se dice que el origen de la historia se remonta probablemente al siglo XVI. Cuentan que un rabino creó, según métodos de la Cábala ahora perdidos, un hombre artificial -el llamado Golem-."

Mito de juderías y fantasías, asomo ordinario a lo místico, El Golem -como el odradek de Kafka- es una creación singular, un habitante más de "la zoología de los sueños".

Fuentes:
Manual de zoología fantástica, Jorge Luis Borges y Margarita Guerrero. FDCE, México, D.F., 1966.
Nueva antología personal, Borges. Bruguera, Barcelona, 1980.
Siete Noches en: Obras completas (Tomo III), Borges. Emecé, Buenos Aires, 2000.
El Golem, Gustav Meyrink. Tusquets, Barcelona, 1972.

sábado, 6 de septiembre de 2008

"El miedo (y aún los hombres más valientes pueden experimentarlo) es algo terrible, la sensación atroz de que el alma misma se desgarra y un fuerte dolor te sacude la cabeza y el cuerpo de tal manera que sólo de pensarlo ya te sobrecoge. Lo que trato de decir es que el miedo nada tiene que ver con la valentía de cada cual ni con la situación en la que se encuentre, ya sea en un combate, ante la muerte o en cualquier otra forma de peligro conocido. El miedo sobreviene en circunstancias anormales, bajo influencias misteriosas propiciadas por peligros irreconocibles. El verdadero miedo es una reminiscencia de un terror inmaterial y ancestral. Un hombre que esté convencido de que los muertos pueden resucitar y durante la noche crea ver la sombra de un espectro, sabrá bien qué es el miedo".

Guy de Maupassant en El miedo. Artemisa Ediciones. Trad. Assumpta Roura.
El clásico no nos enseña necesariamente algo que no sabíamos; a veces descubrimos en él algo que siempre habíamos sabido (o creído saber) pero no sabíamos que él había sido el primero en decirlo. Y ésta es también una sorpresa que da mucha satisfacción, como la da siempre el descubrimiento de un origen, de una relación, de una pertenencia.
...

Y si alguien objeta que no vale la pena tanto esfuerzo (la lectura de los clásicos), citaré a Ciorán: ´´Mientras le preparaban la cicuta, Sócrates aprendía un aria para flauta. "¿De qué te va a servir?", le preguntaron. "Para saberla antes de morir"``.


Italo Calvino: Por qué leer los clásicos.

lunes, 1 de septiembre de 2008

ME RETORCÍA LAS MANOS

Me retorcía las manos bajo mi oscuro velo.
—¿Por qué estás pálida, qué te intranquiliza?
—Porque hice de mi amado un borracho
con una recóndita tristeza.

Nunca lo olvidaré. Salió tambaleándose:
su boca torcida, desolada...
Corrí por las escaleras, sin tocar los barandales
tras él, hasta la puerta.

Y le grité, conmocionada: —Todo lo decía
en broma, no me dejes, o moriré de pena.
Me sonrió, terriblemente despacio
y exclamó: —¿Por qué no te quitas de la lluvia?

Ana Ajmátova (Odessa, 1889- Moscú, 1966).


"Dos horas después, aunque hubiera más tiempo todo parecería corto, Manuel Espada salió de casa, va a tener que forzar el paso para llegar al trabajo antes de que salga el sol. Las dos luciérnagas, que habían estado a la espera, se ponen de nuevo a volar, pegadas al suelo, con tal claridad que los centinelas de los hormigueros gritaron adentro que estaba saliendo el sol."
José Saramago, Levantado del suelo. Trad. Basilio Losada.

martes, 26 de agosto de 2008

"Lo que haría sería hacerme pasar por sordomudo y así no tendría que hablar. Si querían decirme algo, tendrían que escribirlo en un papelito y enseñármelo. Al final se hartarían y ya no tendría que hablar el resto de mi vida. Pensarían que era un pobre hombre y me dejarían en paz."
Holden Caulfield, protagonista de la novela "El guardián entre el centeno" de Jerome David Salinger. Trad. Carmen Criado.

lunes, 18 de agosto de 2008

"Los grandes artistas nunca son iguales dos días seguidos. Mucho mejor, pues la irregularidad suele ser uno de los signos del genio."


Robert, hermano de Marcel Proust, publica en 1927 la compilación de las notas periodísticas del autor de En busca del tiempo perdido en un volumen llamado Crónicas. El anterior fragmento aparece en una nota llamada Silueta de artista aparecida en enero de 1897 en la Revue d'Art Dramatique.
"El amor es maravilloso y absurdo e, incomprensiblemente, visita a cualquier clase de almas. Pero la gente absurda y maravillosa no abunda; y las que lo son, es por poco tiempo, en la primera juventud. Después comienzan a aceptar y se pierden."

Juan Carlos Onetti en El Pozo.

sábado, 9 de agosto de 2008

"Escribir bien supone casi pensar bien, y esto no está muy alejado del obrar bien. Toda la civilización y todo perfeccionamiento moral parten del espíritu de la literatura, que es el alma de la dignidad humana."

Thomas Mann en La Montaña mágica. Trad. Mario Verdaguer.

lunes, 4 de agosto de 2008

"-Este -comentó el calmoso espectador que tenía a mi lado- es un ratón de biblioteca, uno de esos hombres nacidos para rumiar pensamientos extintos. Su ropa, como se ve, está cubierta del polvo de las bibliotecas. Carece de una fuente interior de ideas; y, francamente, ahora que suprimieron el viejo repertorio, no sé qué va a ser del pobre hombre. ¿No tiene para él una palabra de consuelo?
-Mi estimado señor -dije al desesperado ratón de biblioteca-, ¿no es la naturaleza superior a los libros? ¿No es más profundo el corazón humano que cualquier sistema filosófico? ¿No está la vida repleta de enseñanzas, más de las que los observadores del pasado alcanzaron a escribir en aforismos? ¡Ánimo! El gran libro del Tiempo sigue abierto de par en par ante nosotros; y, si lo leemos correctamente, será un volumen de verdades eternas."
Nathaniel Hawthorne en El holocausto del mundo. Trad. Carlos José Restrepo.

domingo, 3 de agosto de 2008

"necesito a los hombres, un lector... No para comunicarme con él. Sólo para emitir señales de vida."

Witold Gombrowicz (1904-1969) en Diario Argentino.

Caeiro, en los Poemas Inconjuntos. II.


El único sentido de las cosas
es no tener sentido oculto
más raro que todas las rarezas,
más que los sueños de los poetas
y los pensamientos de los filósofos,
es que las cosas sean realmente lo que parecen ser
y que no haya nada que comprender.

Sí, eso es lo único que aprendieron solos mis sentidos:
las cosas no tienen significación, tienen existencia
las cosas son el único sentido oculto de las cosas.

jueves, 24 de julio de 2008

"Un día se me ocurrió la idea de que si quería aniquilar a un hombre, castigarlo atrozmente y hacer que el asesino más empedernido retrocediese aterrado ante semejante tortura, bastaría dar al trabajo de este hombre un carácter de inutilidad perfecta, llevadlo, si se quiere, a realizar el absurdo."

Dostoievski en Recuerdos de la casa de los muertos. Trad. P. Pedraza.

lunes, 21 de julio de 2008


"El misterio de la creación artística es el misterio mismo del nacimiento natural. Una madre, amando, puede desear ser madre; pero el deseo solo, por intenso que sea, no basta. Un buen día se encontrará siendo madre, sin una concreta advertencia de cuándo ha sido. Y al igual un artista, viviendo, acoge en sí muchos gérmenes de la vida, y nunca puede decir cómo y por qué, en cierto momento, uno de esos gérmenes vitales se inserta en la fantasía para convertirse en criatura viva en un plano de vida superior a la voluble existencia cotidiana".


Luigi Pirandello (1867-1936)

domingo, 13 de julio de 2008

Los ciegos

¡Alma mía, contémplalos! ¡Son en verdad espantosos!
A maniquíes iguales, vagamente ridículos;
Semejan a sonámbulos distintos y terribles
Lanzando a alguna parte sus globos tenebrosos.

Sus dos ojos, de donde huyó la chispa mágica,
Cual si la lejanía contemplaran, se elevan
Al cielo; nunca vemos que inclinen la a tierra
Con aire soñador sus sólidas cabezas.

Atraviesan así lo oscuro ilimitado,
Ese hermano gemelo del silencio. ¡Oh ciudad!
Mientras que en torno nuestro vives vociferante,

Ávida de placer hasta la atrocidad,
¡Mira! ¡También me arrastro! Y aún más embrutecido
Me pregunto: ¿qué buscan los ciegos por el cielo?

Charles Baudelaire. "Las flores del mal". Trad. Antonio Martínez Sarrión.

domingo, 6 de julio de 2008

"Una vez un pajarillo, aburrido por los incontables fracasos amorosos, decidió dejar de volar. Encóntrándose en plena caída una nube le alcanza a decir: !eh tú, mírame a mí, no puedo decidir si vivir o morir, sólo sé que muy pronto remojaré los campos!

Una gota fresca despertó al pajarillo, esa siesta después del fallido suicidio había sido lo mejor en mucho tiempo."

Sebastiano Carussi (1568-1622?)

martes, 24 de junio de 2008

Creo que Edipo es el primero que debe figurar; pero antes encuentro esto:
"Es que vivir se parece mucho a la ceguera y a la vejez. En todo caso, no es patético, es algo bueno, las cosas se alejan, se esfuman, se desdibujan y uno puede imaginarlas mejor o recordarlas. Es como la ausencia, que es otra forma de presencia, o la nostalgia por ejemplo. La ceguera se parece a todas esas cosas que son ciertamente preciosas, a la nostalgia, a la vejez, que es hermosa también. Es aceptar tus límites, darse cuenta de quién es uno, de lo que puede ser, o mejor, de lo que no puede ser, sobre todo. Y eso es grato, sí. La ceguera es ciertamente un límite, es una especie de cárcel, pero no penosa."
Borges respondiendo acerca de su ceguera.

martes, 17 de junio de 2008

"El poeta piaroa, que tras la desaparición de una persona amada ha oído el susurro de las hojas y ha visto fluir el agua como si nada hubiera sucedido, ha captado para siempre el estupor indecible, el dolor de que el universo continúe como antes, alejándose del que muere, la cruel infidelidad e indiferencia de todo sobrevivir. "

Claudio Magris en "Utopía y desencanto".

lunes, 16 de junio de 2008

“Cuando llegue la Primavera,
si ya he muerto,
florecerán las flores de la misma manera
y los árboles no serán menos verdes que la Primavera pasada.
La realidad no me necesita.
Siento una enorme alegría
al pensar que mi muerte no tiene ninguna importancia.

Si supiese que iba a morirme mañana
y la Primavera iba a llegar pasado mañana,
me moriría contento, porque ella llegaría pasado mañana.
Si ése es su tiempo, ¿Cuándo había de llegar sino en su tiempo?
Me gusta que todo sea real y que todo esté en orden;
y me gusta porque sería así aunque no me gustase.
Por eso, si me muero ahora, muero contento, porque todo es real y todo está bien”


Fernando Pessoa. Alberto Caeiro en la antología "Poemas Inconjuntos". Trad. Ángel Crespo.

domingo, 15 de junio de 2008

El reloj indica los instantes
-pero, ¿qué indica la eternidad?

Walt Whitman "Canto a mí mismo", 44.

domingo, 8 de junio de 2008

"Lo cierto es que vivimos postergando todo lo postergable; tal vez todos sabemos profundamente que somos inmortales y que tarde o temprano, todo hombre hará todas las cosas y sabrá todo."

Borges en Funes el memorioso.
1942.

lunes, 2 de junio de 2008

LVIII

Una mañana, en el jardín de flores una niña
ciega vino a ofrecerme una cadeneta de flores so-
bre una hoja de loto.
Me la puse alrededor del cuello, y las lágrimas
vinieron a mis ojos.
La besé y le dije: "Eres ciega como lo son las
flores.
Ni tu misma puedes conocer la hermosura de
tu regalo."

Rabindranaz Tagore. "El jardinero". Edaf 2003. Trad. Mauro Armiño.

lunes, 26 de mayo de 2008

La bella se baña,
y a quien la ve arrebata el corazón.
Hilillos de agua corren de su pelo,
la luna de su cara avergüenza a la noche; llora.
El mojado vestido se pega a su cuerpo:
Hasta en el corazón de los ascetas despierta al amor.
Los dos senos una deliciosa pareja de pajarillos son;
¿Cómo devolver los dos a su sitio?
Temerosa, los tiene apartados
En la cadena de sus brazos;
Mas ellos, asustados, otra vez escapan.

Vidyapati (1352, 1448) poeta nacido cerca de lo que hoy es la frontera entre India y Nepal. Fue el primero en traducir del sánscrito (lengua considerada culta por las altas castas), al "vulgar" bengalí. Escribió también sobre derecho, religión y moral.

Fuentes: Mauro Armiño en su prólogo a "El jardinero" de Rabindranaz Tagore. Edaf, 2003.

http://books.google.com.co/books?id=Mwmh_QvaYu4C&pg=PA435&lpg=PA435&dq=vidyapati&source=web&ots=4R_fCdpgVm&sig=88eYcvruoCiSnC-g1-NSnimtIr0&hl=es#PPA435,M1

Link al libro "Lengua erótica" Selección Juan Gustavo Cobo Borda. Villegas Editores -colombiana y no sé si de fácil acceso. El texto que me sirvió es escrito por el respetado Gabriel Zaid.

martes, 20 de mayo de 2008

"No tenemos ningún destino asignado, ni otro dato
más que nuestros cuerpos: planeamos mejorarnos
a nosotros mismos. Solo los siniestros hospitales
nos recuerdan la igualdad entre los hombres."

Wystan Hugh Auden. "Un viaje". Trad. Javier Calvo.

jueves, 1 de mayo de 2008

-¿Qué anudas tú ahí, amigo mío?
-El nudo- respondió brevemente el marinero, sin alzar siquiera la vista.
-Ya lo veo, pero ¿con qué destino?
-Para que otro lo deshaga- murmuró el viejo, poniéndose otra vez a mover los dedos, ya casi acabado el trabajo.

Herman Melville. "Benito Cereno". Trad. Nicanor Ancochea.

lunes, 28 de abril de 2008

La vida se rebela, en todo momento, contra la muerte; el pensamiento, contra lo impensado, y el libro que se escribe, contra el libro escrito.

Edmond Jabès. El pequeño libro de la subversión fuera de sospecha. Trotta.

martes, 22 de abril de 2008

"Y va esa persona, voy yo caminando por el bosque y me encuentro a quinientos mil gallegos que van caminando y llorando. Y entonces yo me detengo (gigante gentil, gigante curioso por última vez) y les pregunto por qué lloran. Y uno de los gallegos se detiene y me dice: porque estamos solos y nos hemos perdido."

Roberto Bolaño, "Los detectives salvajes", p 448. Anagrama, 2006.

miércoles, 9 de abril de 2008

"Aún veía la forma en que él vino a ella en el rayo de la luna, con la calma de sus ojos, la sencillez inexplicable de sus gestos como remojados en la flotante pureza original, y cómo él la lavó, la besó, la vistió, la sostuvo con sus dos brazos pasados por su cintura, y cómo ella se sintió entonces más deliciosamente rodeada que por una legión de ángeles del cielo, cómo experimentó algo más inundante y más suave que lo que podría ser la conciencia en el sueño; remitida por siempre en él a una pura y delirante confianza, al absoluto abandono de ella misma encima de un abismo donde nunca podrían sepultarla otra cosa que sus brazos."

                                          Julien Gracq, 1910-2007.

jueves, 27 de marzo de 2008

"No quiero que, al entrar, la gente levante la vista con admiración. Quiero dar, quiero recibir, y quiero soledad en la que desplegar cuanto tengo."

"Las olas caían. Se retiraban y volvían a caer, con el sordo sonido del patear de una gran bestia."

"Ahora el sol se había hundido. No cabía distinguir el cielo del mar."

"Un momento somos libres, y en el momento siguiente somos esto."

"¿Qué es el alba en la ciudad para un hombre entrado en años, que, de pie en la calle, mira un poco mareado el cielo? El alba es como un emblanquecerse el cielo, como una renovación."

De "Las Olas", Virginia Woolf. Editorial Lumen, 1977. Trad. Andrés Bosch.


"Claro es que al inventar imitamos, por cuanto sólo contamos con los recursos naturales, y no hacemos más que estructurarlos en una nueva integración."

Alfonso Reyes. "Apolo o de la literatura" en "Antología". Fondo de Cultura Económica, 1965.

domingo, 24 de febrero de 2008

" ... todo cuanto poseía dentro sí algo de vida huía de la tormenta, buscando dónde refugiarse; por doquiera, así entre los hombres como entre los animales, manifestándose la angustia ante la explosión de los elementos...; sólo aquella piltrafa humana yacía inmóvil en el banco. Ya antes le dije que aquel hombre poseía el mágico poder de exteriorizar plásticamente, con movimientos y gestos, sus estados interiores; nada, nada, sin embargo, sobre la tierra, podría expresar de modo tan conmovedor la desesperación, el absoluto abandono de sí mismo, la apariencia de la muerte, como aquella inmovilidad, aquel estado inerte, inanimado, bajo la furiosa lluvia, aquella fatiga demasiado extrema para levantarse y andar los pocos pasos que le separaban de un techo protector, aquella definitiva indiferencia hacia la propia vida."

Stefan Zweig: "Veinticuatro horas de la vida de una mujer" pp 81,82. Círculo de Lectores 1973. Trad. María Daniela Landa.
"Clasico no es un libro (lo repito) que necesariamente posee tales o cuales méritos; es un libro que las generaciones de los hombres, urgidas por diversas razones, leen con previo fervor y con una misteriosa lealtad."

Borges: "Sobre los clásicos" en "Nueva antología personal", Bruguera 1980.