domingo, 30 de agosto de 2009

Diálogo Caillois-Borges.



Roger Caillois. -También me impresionó lo que usted dijo sobre la imagen.
Jorge Luis Borges. -Creo haber dicho que únicamente hay media docena de metáforas elementales, de lugares comunes que son, por ejemplo, la vida y el sueño, el tiempo y...
R.C. -...el río.
J.L.B. -...el río, las estrellas y los ojos, las mujeres y las flores o los frutos. Y eso es todo. Lo demás es literatura.
R.C. -Dijo también que había que mantenerse en esas metáforas elementales.
J.L.B. -Sí, creo que los lugares comunes son muy necesarios. Si no, se es simplemente extravagante y efímero.
R.C. -¿Efímero?
J.L.B. -Sí, y uno se convierte en ultraísta.
R.C. -Usted dijo con firmeza que si la imagen estuviera fundada en la sorpresa no duraría, porque no hay nada más breve que la sorpresa.
J.L.B. -Es evidente, se trata de un instante.
R.C. -¿Pero de verdad piensa que es necesario mantenerse en las mismas metáforas? Nerval dijo: “El primero que comparó la mujer a una rosa era un poeta, el segundo un imbécil”. ¿Cómo reacciona usted ante esta frase?
J.L.B. -El tercero es un clásico.
R.C. -(Risa) ¡El tercero es un clásico! (Risa) Es una respuesta excelente.
J.L.B. -Se puede decir eso porque cuando uno compara la mujer a una rosa está citando a poetas: uno se liga a una tradición, se convierte en clásico, en alguien cortés y educado, no quiere impresionar a los lectores...

Fragmento del diálogo que sostuvieron Caillois y Borges en el centro Pompidou de París, en 1977. Callois, fue el primer traductor de Borges al francés y fue fundamental para dar a conocer la obra de Borges en Europa.
 Trad. Alberto Ruy Sánchez.

domingo, 23 de agosto de 2009

Los libros del mal

Múltiples quejas llegan a la Biblioteca Municipal de Brooklyn reclamando que ciertos libros sean catalogados como "peligrosos", por ejemplo, Tintin en el Congo, de Hergé. Cuentan los encargados de la biblioteca, que este tipo de advertencias rara vez llegan a hacerse efectivas, pero que fue tal la presión con la historieta del reportero, que debieron colocarla en el lugar de obras restringidas. Éste, increíblemente, es una súper-caja-fuerte; Pierre Assouline, lo describe como un infierno.



En cambio, libros como Mi lucha, o Trópico de Capricornio cuentan con libre acceso para las ejemplares futuras generaciones norteamericanas.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Los caballos de Aquiles

Cuando a Patroclo vieron muerto,
tan joven, fuerte y audaz,
los caballos de Aquilles se entregaron al llanto;
y su inmortal naturaleza alzóse
contra la obra oscura de la muerte.
Las hermosas cabezas sacudieron sus largas crines
     y piafaron la tierra, y lloraron
por Patroclo ya exánime —sin vida—
cuerpo caído —huída el alma—
                sin aliento —indefenso—
      vuelto de la vida al gran seno de la Nada.
Vio Zeus las lágrimas de los inmortales
caballos y afligióse. "El día de la boda de Peleo",
dijo, "fui irreflexivo;
      ¡mejor no haberos dado nunca
      a lo aciago! Por qué entregaros
a míseros humanos sujetos al destino.
      Vosotros, a quienes la muerte y la vejez no aguardan,
lo efímero os aflige. Y el hombre os ha
mezclado en su desgracia". Sin embargo ante la dura
      imagen de la muerte perpetua
los nobles animales se entregaron al llanto.

Constantinos Cavafis, Konstantino Kavafis. Poesías completas. Hiperión, traducción:  José María Alvárez.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Carver


‘Le oí decir al escritor Geoffrey Wolf: “Nada de trucos baratos” a un grupo de estudiantes para escritores. También quedaría bien en una tarjeta. Yo lo corregiría un poco y dejaría: “Nada de trucos”. Punto. Detesto los trucos. Al primer signo de un truco o de una artimaña en una obra de ficción, un truco barato o incluso un truco elaborado, corro a esconderme. Los trucos son en últimas aburridos, y yo me aburro fácilmente, lo que quizás tenga que ver con mi escasa capacidad de atención. Pero la escritura demasiado ingeniosa, o incluso la escritura puramente necia me ponen a dormir. Los escritores no necesitan trucos ni artimañas, ni siquiera tienen por qué ser los chicos más inteligentes de la cuadra. A riesgo de parecer tonto, un escritor necesita a veces tan sólo presenciar con la boca abierta esta cosa o la otra —un atardecer o un zapato viejo— en puro y absoluto asombro’.
“Escribir”. Incluido en La vida de mi padre. Cinco ensayos y una meditación, de Raymond Carver.

sábado, 1 de agosto de 2009

De los Cuadernos de Hawthorne



El señor Kirby, autor de una obra sobre Historia, costumbres e instintos de los animales, se pregunta si en el centro del planeta no hay abismos submarinos que comunican con los océanos, y si los inmensos animales de la raza de los saurios (grandes reptiles en teoría antediluvianos y extinguidos) no serán los habitantes de estos abismos. El autor cita un pasaje del Apocalipsis donde las criaturas que pueblan la Tierra son descritas como diferentes de aquellas que moran en el mar, y alude al fósil de un saurio hallado en muy profundas zonas subterráneas. Piensa, o sugiere, que podrían ser los dragones de las Sagradas Escrituras.
(1836)

Un hombre intenta ser feliz en el amor pero no puede entregar su corazón, entonces todo le parece un vago sueño. Lo mismo ocurre con su vida personal: en cuestiones políticas, es patriota únicamente en apariencia. Todo en él parece una ilusión teatral.
(1837)

Toda la gente que fue ahogándose en un lago reaparece de repente.
(1838)

Nathaniel Hawthorne: Cuadernos norteamericanos, Belacqva, 2007. Trad. Eduardo Berti.