miércoles, 7 de octubre de 2009

Justo ahora una pila de libros mal organizados se desparrama por el suelo. Hace apenas días que cambié de ciudad, casi de país y todo es un desorden. Reconstruir es un viaje; aprendí que escapar por unos días no es siquiera parecido o comparable a la nueva vida que comienza. Y encuentro esto:


La ciudad

Dijiste: "Iré a otra tierra, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de haber mejor que ésta.
Cada esfuerzo mío es una condena dictada;
y mi corazón está -como un muerto- enterrado.
¿Hasta cuando estará mi alma en este marasmo?
Adonde vuelva vuelva mis ojos, adonde quiera que mire
veo aquí las negras ruinas de mi vida,
donde pasé tantos que arruiné y perdí".

No hallarás nuevas tierras, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá. Vagarás por las mismas calles.
Y en los mismos barrios te harás viejo;
y entre las mismas paredes irás encaneciendo.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otra tierra -no
lo esperes-
no tienes barco, no hay camino.

Como arruinaste aquí tu vida, 
en este pequeño rincón, así
en toda la tierra la echaste a perder.

Kavafis. Poesía escogida, Madrid, 1985.

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