martes, 22 de septiembre de 2009

Sólo me gusta jugar con las palabras, soñar despierto; pero ¿sabes lo que necesito en realidad? ¡Que se hundan todos! ¡Eso es! Necesito reposo. Con tal de que no me molesten, vendería el mundo entero por un kopek. Si tengo que elegir entre que el mundo se hunda o yo deje de tomar mi té, diré que se hunda el mundo, pero que el té no me falte nunca. ¿Sabías tú eso, o no lo sabías?
Bueno, pues yo sé que soy un miserable, un canalla, un egoísta y un vago. Me he pasado temblando de miedo estos tres días, pensando que ibas a venir. ¡Tampoco te perdonaré nunca mis lágrimas de hace un instante, que no pude contener, como si fuera una mujeruca avergonzada! ¡Y todo esto que ahora te confieso tampoco te lo perdonaré jamás!

Fedor Dostoievski: Memorias del subsuelo. Ed. Aguilar, 1956.

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