jueves, 10 de septiembre de 2009

Siempre que pienso una cosa, la traiciono.
Sólo teniéndola ante mí debo pensar en ella.
No pensando, sino viendo.
No con el pensamiento, sino con los ojos.
Una cosa que es visible existe para verse,
y lo que existe para los ojos no tiene que existir para el pensamiento
sólo existe verdaderamente para el pensamiento y no para los ojos.

Miro, y las cosas existen.
Pienso y existo sólo yo.

[Fernando Pessoa:] Alberto Caerio, Poemas inconjuntos: Poesías Completas de Alberto Caeiro. Pretextos, 2000. Trad. Ángel Campos.

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