lunes, 2 de junio de 2008

LVIII

Una mañana, en el jardín de flores una niña
ciega vino a ofrecerme una cadeneta de flores so-
bre una hoja de loto.
Me la puse alrededor del cuello, y las lágrimas
vinieron a mis ojos.
La besé y le dije: "Eres ciega como lo son las
flores.
Ni tu misma puedes conocer la hermosura de
tu regalo."

Rabindranaz Tagore. "El jardinero". Edaf 2003. Trad. Mauro Armiño.

1 comentario:

Unknown dijo...

Precioso Tagore.

Creo que sigo esperando el mío propio, que me hable versos como esos que has escogido.

Un beso ciego.